Extraño tu hablar pausado.
La calidez de la palabra.
El beso en la noche.
Tu ronquido intermitente.
Extraño las llamadas,
el poema inconcluso,
tus ojos excrutadores
y el cauto silencio.
Extraño ausencias,
reencuentros,
supuestos amigos,
los sueños...
Te extraño.