viernes, 25 de octubre de 2013

Ignacio Ramonet: Hugo Chávez eligió a Nicolás Maduro como "test" para el bolivarismo


Madrid, 24 oct (EFE).- El fallecido presidente venezolano Hugo Chávez es un "gigante de la historia latinoamericana", y del éxito de su sucesor, Nicolás Maduro, dependerá la continuidad del "bolivarismo" que impulsó tanto en Venezuela como en otros países de la región, declaró hoy el periodista español Ignacio Ramonet.

En su libro, titulado "Hugo Chávez. Mi primera vida" (Ramdon House Mondadori), Ramonet explicó en una entrevista con EFE que intentó "dar una visión más humana" del desaparecido presidente, frente al "discurso muy hostil" sobre él, y describir cómo "se fabricó" el líder que llegó a ser.

Preguntado sobre Maduro, el autor destacó que pese a la "importancia" de las Fuerzas Armadas en Venezuela, Chávez "eligió a un civil como test para el bolivarismo", al señalar que "si lo hace bien garantizará" la continuidad de esa "revolución bolivariana".

"No hay otro como él en el seno del chavismo", reiteró al referirse a Maduro, a quien calificó de "hombre serio, honesto y sólido" y afirmó que "no pienso que en Venezuela vaya a haber una intervención militar".

El director del diario "Le Monde Diplomatique", en su versión española, considera "absurdo decir que no hay libertad de prensa en Venezuela" y comparó a Chávez y a Maduro con el fallecido presidente chileno Salvador Allende, los tres con ideas socialistas enfrentando una "oligarquía local poderosa que cuestiona constantemente su legitimidad".

Chávez "ganó 17 elecciones", recordó Ramonet, quien denunció a los "latifundistas mediáticos", tanto en Venezuela como en Argentina, Ecuador, Bolivia, Brasil o México, que "no permiten que se desarrolle la televisión pública".

"El odio a Chávez ha ocultado la hora de Chávez", explicó el periodista y fundador el movimiento internacional altermudialista ATTAC y uno de los creadores del Foro Social Mundial, al destacar que en sus 14 años de Gobierno sacó de la pobreza a 10 millones de personas, suprimió el analfabetismo y convirtió a Venezuela en el país de América Latina con mayor porcentaje de universitarios.

Chávez era un hombre inteligente y "con una reflexión muy aguda", dijo el autor al asegurar que "la gente que lea el libro va a descubrir un intelectual".

Sobre Maduro, Ramonet destacó que por primera vez en Venezuela ha abierto dos frentes prioritarios: la lucha contra la corrupción y contra la inseguridad ciudadana, con lo que está "creándose enemigos".

A su juicio los cortes de electricidad y de agua, así como el desabastecimiento en los comercios son un boicot de la oposición y la oligarquía venezolanas al gobierno de Maduro, en especial frente a las elecciones municipales del 8 de diciembre próximo.

La idea de escribir este libro, basado en más de un centenar de horas de conversaciones (2008-2010) y con formato de entrevista, surgió porque a Chávez "le gustó mucho" el que Ramonet escribió sobre el expresidente cubano Fidel Castro ("Fidel Castro, biografía a dos voces"), según dijo el autor.

Explicó que "como todo lo que hacía", el fallecido presidente se tomó el proyecto "muy en serio" e incluso hizo su propia investigación sobre su niñez, en la "pobreza", y sus años en el Ejército como militar progresista.

Por otra parte, el también autor del libro "La explosión del periodismo"(2012) lamentó la crisis tecnológica, de identidad y económica que atraviesa el periodismo a nivel mundial ante el "creciente escepticismo de la ciudadanía" sobre los medios y los políticos, aunque asegura que los periódicos "no van a desaparecer". EFE
 

sábado, 19 de octubre de 2013

ONU: Cuba demuestra hostilidad asesina de EEUU por más de medio siglo


Cuba presentó esta semana ante la Asamblea General de la ONU evidencias de violaciones estadounidenses del Derecho Internacional y la Carta de la Organización con la política del bloqueo y la subversión a través de transmisiones radiales y televisivas. En diferentes comisiones de la Asamblea en su 68 período de sesiones, la isla expuso elementos que demuestran la vigencia de la hostilidad del gobierno norteamericano, mantenida por más de medio siglo.
 
Las dificultades en el acceso a medicamentos y equipos que salvan vidas y su particular impacto en los niños, fueron denunciadas aquí, a pocos días de que la Asamblea General vuelva a sentar a Washington en el banquillo de los acusados por su insistencia en mantener el cerco económico, comercial y financiero.
 
Al intervenir en la Tercera Comisión -que se ocupa de asuntos sociales y humanitarios- la diplomática cubana Lisandra Astiasarán señaló que estimados muy conservadores cifran en alrededor de 39 millones de dólares los daños provocados al sector de la salud en el último año por la unilateral medida, una parte de ellos en hospitales que atienden a infantes.
 
Por solo citar un caso, el Cardiocentro Pediátrico William Soler, en La Habana, enfrenta serias dificultades para adquirir oxido nítrico, gas fabricado por compañías estadounidenses y europeas, que se utiliza en el tratamiento a los niños con crisis pulmonares y sometidos a trasplantes, advirtió.
 
Asimismo, informó sobre la carencia de varios medicamentos antivirales requeridos por menores, “debido a que las compañías norteamericanas que los producen no responden las solicitudes de las empresas cubanas o bien alegan que no pueden comerciar con Cuba”.
 
Son numerosos y lamentables los ejemplos de que los niños cubanos continúan siendo víctimas inocentes de la absurda política del bloqueo, sentenció.
 
Astiasarán recordó que el próximo 29 de octubre la comunidad internacional tendrá una vez más la oportunidad de rechazar en la Asamblea General el cerco de Washington, al presentarse una nueva resolución sobre la necesidad de poner fin a esta política, documento aprobado anualmente de manera abrumadora desde 1992.
 
Por su parte, la delegada ante la Cuarta Comisión de la Asamblea, Lilianne Sánchez, llamó la atención sobre el reiterado uso por el gobierno de Estados Unidos de transmisiones ilegales de radio y televisión para subvertir el orden en la isla y cambiar su sistema político y socioeconómico.
 
“El gobierno de Estados Unidos continúa aplicando una política agresiva contra Cuba en el ámbito radioelectrónico, a pesar de ser abiertamente violatoria de las normas del Derecho Internacional y las normas y reglamentos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones”, afirmó.
 
En los debates del grupo de trabajo que se encarga de Política Especial y Descolonización, la diplomática denunció que esas acciones afectan el normal funcionamiento de los servicios de radiocomunicaciones y producen interferencias.
 
Según expuso, al cierre de 2012 se habían transmitido semanalmente contra el país caribeño un promedio de dos mil 74 horas de emisiones subversivas, utilizando para ello alrededor de 34 frecuencias.
 
De igual manera, continuaron las transmisiones de señales de televisión, desde estaciones a bordo de aeronaves estadounidenses, en el canal 13 (213 megahertz (MHz)) y canal 20 (509 MHz), así como en la frecuencia 94.7 MHz del servicio de radiodifusión por Frecuencia Modulada (FM).
Respecto al año en curso, dijo que hasta el 11 de mayo se efectuaron transmisiones que ocasionaron 70 días de interferencias en canales de la televisión cubana y 64 días en el servicio de radiodifusión por FM; mientras que en junio se emplearon 26 frecuencias, sumando mil 900 horas semanales de agresiones.
 


Locura: El aumento de la deuda de EEUU alcanza 328.000 millones en un día

 
El endeudamiento estadounidense alcanzó un crecimiento récord de 328.000 millones de dólares un día después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, firmara el acuerdo bipartidista para evitar el impago y acabar con el llamado ‘cierre’.
 
Según las cifras publicadas por el Tesoro el viernes, la deuda de EE.UU. ha alcanzado los 17,075 billones de dólares.
 
El anterior máximo alcanzado de aumento, de 238.000 millones, se estableció hace dos años.
Ese enorme salto hacia lo que los economistas ven como una insolvencia definitiva, se atribuye a la adopción de “medidas extraordinarias” en forma de fondos federales que el Gobierno tomó prestados en los últimos cinco meses en un esfuerzo desesperado para evitar la llegada al techo de endeudamiento.
 
Según las leyes, las arcas gubernamentales se rellenan una vez que el “nuevo espacio para la deuda” ha sido aprobado, según comentó ‘The Washington Times’.
 
Habitualmente el Congreso determina un nuevo techo de deuda, es decir, un límite que establece cuánto puede tomar prestado el Gobierno.
 
“Pero según las condiciones acordadas esta semana, el Congreso estableció la fecha límite y no la cantidad límite, lo que significa que la deuda crecerá en aquello que el Gobierno gaste desde ahora hasta el próximo 7 de febrero”, explicó el periódico.
 
Con la tasa de gastos de los últimos cinco meses, el endeudamiento de EE.UU. aumentará en unos 700.000 millones de dólares para la fecha en la tiene que volver a solicitarse la elevación de techo de la deuda.
 
 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Hacia un mundo sin Estados Unidos.

Por THIERRY MEYSSAN



Thierry Meyssan ha explicado repetidamente desde estas columnas las contradicciones internas de Estados Unidos subrayando el mecanismo que debe llevar a la dislocación de ese país. Y en este artículo se interroga sobre las consecuencias de dos acontecimientos que pueden poner en marcha el proceso de descomposición.
 
THIERRY MEYSSAN / VOLTAIRENET.ORG  – El Imperio estadounidense es el residuo hipertrofiado de uno de los dos contendientes de la guerra fría. La Unión Soviética desapareció. Pero Estados Unidos sobrevivió al enfrentamiento y se aprovechó de la ausencia de su competidor para monopolizar el poder mundial.
 
En 1991, Washington debería –lógicamente– haber dedicado sus recursos a hacer negocios y a avanzar por el camino de la prosperidad. Sin embargo, después de algunas vacilaciones, en 1995 el Congreso –dominado por los republicanos– impuso al presidente Clinton su proyecto de imperialismo global votando por el rearme, a pesar de que ya no había adversario contra quien luchar. Dieciocho años más tarde, y después de haber dedicado sus recursos a una carrera armamentista en la que ya no tenía contendiente, Estados Unidos se halla hoy extenuado frente a los BRICS, que ahora se perfilan como nuevos competidores. La 68ª Asamblea General de la ONU se convirtió el mes pasado en escenario de una rebelión generalizada contra el unipolarismo estadounidense.
 
Según Mijaíl Gorbatchov, la caída de la Unión Soviética ya se había hecho inevitable desde 1986, cuando el Estado soviético se vio sin recursos ante el accidente nuclear de Chernobil e incapaz de proteger a su población ante aquella catástrofe. Si hubiese que establecer un paralelo, la realidad es que el Estado federal estadounidense no se ha visto aún en una situación comparable, a pesar de que las situaciones de desastre provocadas por los huracanes Katrina, en 2005, y Sandy, en 2012, y las graves carencias de diversas colectividades locales ya demostraron la incapacidad de los Estados federados.
 
La interrupción, por dos semanas o incluso quizás por más tiempo, del funcionamiento del Estado federal estadounidense no se debe a una catástrofe sino que es resultado de un juego político. Para ponerle fin bastaría con que republicanos y demócratas llegaran a un acuerdo. Pero, por el momento, sólo ciertos servicios, como el de los capellanes militares, han recibido una derogación para seguir funcionando. La única violación verdadera de esa interrupción ha sido la autorización para recibir préstamos por espacio de 6 semanas. Se trata de un acuerdo exigido desde Wall Street, donde no se han registrado reacciones al cierre del Estado federal, aunque sí existía gran inquietud sobre la incapacidad de Washington para enfrentar sus obligaciones financieras.
 
Antes de su derrumbe, la Unión Soviética trató de salvarse recurriendo al ahorro. De la noche a la mañana Moscú puso fin al respaldo económico que aportaba a sus aliados. Comenzó por sus aliados del Tercer Mundo y pasó después a los miembros del Pacto de Varsovia. Resultado: al verse obligados a tratar de sobrevivir solos, sus aliados se pasaron al otro bando… el de Washington. Aquella deserción, cuyo símbolo fue la caída del muro de Berlín, aceleró más aún la descomposición de la Unión Soviética.
 
Fue evidentemente para tratar de evitar un fenómeno similar, en momentos en que Rusia está triunfando pacíficamente en el Medio Oriente, que la administración Obama esperó tanto tiempo antes de suspender su ayuda a Egipto. Es verdad que, a la luz de la ley estadounidense, esa ayuda se ha hecho ilegal a raíz del golpe militar que derrocó la dictadura de la Hermandad Musulmana. Pero también es cierto que nada obligaba a la Casa Blanca a llamar las cosas por su nombre. Lo que hasta ahora hizo la administración Obama –a lo largo de 3 meses– fue evitar cuidadosamente la mención de las palabras «golpe de Estado» para seguir manteniendo a Egipto en el bando del Imperio. Y ahora, bruscamente, y sin que se haya registrado el menor cambio en El Cairo, Washington decide “cortar el agua y la luz”.
 
La apuesta del presidente Obama consistía en reducir el presupuesto estadounidense de manera proporcional y paulatina, para que su país pudiera evitar el derrumbe, abandonara sus extravagantes aspiraciones y se convirtiese nuevamente en un Estado como los demás. La decisión de renunciar a una quinta parte de sus fuerzas armadas fue un buen comienzo. Pero el bloqueo del presupuesto federal y la suspensión de la ayuda destinada a Egipto vienen a demostrar que ese escenario no es factible. El formidable poderío de Estados Unidos no puede disminuir armoniosamente porque puede quebrarse.
 

El tiempo, Pablo, René, la (in)justicia, los discursos

Por Victor Casaus
 



Esta nota –o este artículo, o como quiera llamársele– ha estado dando vueltas en mi mente –o en mi corazón, como también pudiera decirse– durante algún tiempo. El tiempo mismo, como se verá, es uno de sus protagonistas principales, junto a otros que se adelantan en el título o que aparecen, de alguna manera, a lo largo del texto.
 
Lo escribo ahora, ya finalizando este domingo laborable, para saldar deudas con mis órganos citados, con un amigo a quien prometí acabar de escribirlo y, sobre todo, con los cinco hermanos de quienes se habla en el texto.
 
Las más recientes acciones desarrolladas en estos días para dar nuevos impulsos a los esfuerzos múltiples que se realizan –en Cuba y en otras partes– con el fin de lograr la excarcelación de los cuatro luchadores antiterroristas cubanos que se mantienen en cárceles norteamericanas han sido quizás el detonante final para redactar estas líneas. Desde ellas quiero contribuir modestamente a esa tarea de tantos y de tantas, subrayando elementos claves que tienen un peso ya insoportable en esta historia (como el paso del tiempo) y señalando aciertos y errores en esta trayectoria de acciones que también ha cumplido sus quince años de edad.
 
Para iniciar el tema del paso del tiempo, quiero citar esta frase reciente de René González Sehwerert, quien ha continuado en la lucha por la liberación de sus hermanos después que él mismo cumplió más de una década de injusta prisión. René ha dicho: Quince años en la vida de un ser humano es mucho tiempo.
 
Para mí, la referencia más impresionante y cercana sobre el impacto que supone permanecer largo período de tiempo en prisión venía –antes de ir conociendo, en estos años, la situación de los Cinco– de Pablo de la Torriente Brau. En el capítulo titulado “Iniciación” de su extraordinario libro de testimonios Presidio Modelo Pablo comienza contándonos lo siguiente:
 
Una vez, cuando yo era niño, allá, en El Cristo, en Oriente, un hombre mató a otro de una puñalada. (…) El recuerdo se remonta a los días más remotos de mi infancia, cuando yo aprendía a leer, y tenía un flamboyán en el patio, y un perro negro que me encontré en el camino un día, cuando iba a la escuela… Pero el pueblo era muy chiquito, y un hombre muerto por otro parece que era algo muy importante entonces… también… Por eso, todo aquel día, y todos los muchos días después, todo el mundo hablaba del muerto, que era «un pobre» y del matador “que iría a Presidio”…
 
(…)
 
Después, no se habló más ni del muerto ni del matador. Un tiempo después, un día llegó un periódico de La Habana, en donde se decía que habían condenado a cadena perpetua al que mató a su amigo… (…) Por todos estos recuerdos singulares, desde muy temprano en mi vida tuve yo una noción, aunque fuera vaga, de lo que era el Presidio.

Y un día yo también fui a Presidio. Fui con un grupo de compañeros que luchábamos en una causa común contra la tiranía y la explotación. Algo, que ya tengo escrito, me ocurrió. Debo contarlo aquí también.
 
Un día, hablando con un preso viejo, que tenía la costumbre maniática de ir contando los días que le faltaban por cumplir, de pronto todos aquellos recuerdos de mi infancia volvieron a mi imaginación, con esa claridad extraordinaria y casi maravillosa que da la distancia en el tiempo…
 
Aquel viejo que me hablaba era aquel joven que había matado cuando yo era niño… Cuando no habían tumbado el flamboyán del patio y, por la carretera, jugando, ladraba a mi carro de cuatro ruedas, León, aquel perro negro que fue mi primer amigo en el mundo…
 
Y, aunque casi  –no sé por qué– me dio alegría encontrarme a alguien de entonces, aunque tenía ganas de evocar mis días en aquel pueblecito querido, y aunque el hombre ya estaba casi insensible, algo instintivo me impidió decirle que yo lo conocí desde aquella vez en que él había matado a su amigo, en aquella madrugada… Lo que me contuvo no fue su vida, sino mi vida. Mientras él vino para el Presidio, yo, en veinticinco años, había aprendido a leer, había ido a Santiago, a La Habana, había estudiado, había trabajado en un ingenio, había tenido novia, me había casado, había escrito un libro, tenía amigos, tenía perros…
 
Yo había vivido durante esos veinticinco años, de los cuales él sólo conservaba la costumbre maniática de ir contando los días que le faltaban para volver a la vida… ¡Veinticinco años!… ¡Yo, vivo, y él muerto!…
 
(…)
 
A nosotros nos llevaron allí por criticar y combatir las injusticias y los horrores del mundo libre. A nuestra salida no podíamos dejar de criticar y combatir las injusticias y los horrores aún mayores que comprobamos en su interior.
 
(…)
 
Entramos casi alegres y salimos con la conciencia abrumada.
Por eso este libro empieza como empieza y termina como termina.
 
Las coincidencias, similitudes o diferencias no son importantes para lo que quiero decir ahora.
En todo caso, los Cinco fueron injustamente condenados por defender los mismos valores que Pablo defendió casi un siglo antes. Pero yo me refiero al paso del tiempo y a la frase de René: Quince años en la vida de un ser humano es mucho tiempo.
 
Lo que todos ellos han hecho desde el desproporcionado encarcelamiento tampoco resiste comparación alguna con aquel encuentro de la anécdota de Pablo: los Cinco han difundido su verdad por todos los medios y todas las vías posibles: han hablado, escrito, dibujado, contado –incluso cantado, en la soledad y el aislamiento– a favor de la verdad y de la justicia. Y de la belleza.  Pero yo me refiero al paso del tiempo y a la frase de René: Quince años en la vida de un ser humano es mucho tiempo.
 
¿Qué es posible, qué es necesario entonces hacer ahora?
 
Creo que acciones como la de las cintas amarillas, la canción recuperada para esta lucha y la alocución de René que llamó a realizarlas pueden ser excelentes ejemplos: novedosos, creativos, vivos, participativos,  antirretóricos.
 
En su alocución televisiva René comenzó pidiendo “excusas por irrumpir en este momento”, sabiendo “lo que significa este espacio para la familia cubana” y prometiendo brevedad “para que esta alocución llegue a la mayor audiencia posible”.
 
Pidió que el cariño del pueblo fuera el protagonista de esa jornada: “yo he tenido ocasión de sentirlo, de vivirlo, de palparlo, de experimentarlo en las calles de Cuba”. Y pidió que “ustedes lo hagan de la forma en que quieran, con toda la diversidad que nos caracteriza como cubanos”: “lo más importante es que cada uno de ustedes se una a esas iniciativas a su manera, de la forma en que considere que puede hacerlo”.
 
Las cursivas de las frases anteriores son nuestras, pero creo que el sentido y el propósito que se subraya están en las palabras de René: privilegiar la creatividad sobre la rutina, confiar en la imaginación de la gente antes que fabricar, en moldes, las consignas previstas (y reproducidas hasta la saciedad) sobre este y otros temas de la sociedad cubana.
 
Poco después, en una de las múltiples actividades culturales que se realizaron en aquellos días, le escuché decir también a René que el tema de los cinco debiéramos sacarlo más allá de los eventos (que cumplen, es cierto, otras funciones difusoras); sacarlo incluso, dijo, “de estos salones, y llevarlos también directamente a las gentes, a las calles”, como la actividad a la que lo había invitado un grupo de choferes aquella mañana, para conversar sobre el tema de la liberación de los hermanos encarcelados.
 
Entre los diversos comentarios que esta jornada y esta alocución generaron en los medios digitales, encontré este fragmento que cito a continuación, del joven periodista y bloguero Carlos M. Álvarez. Como comencé citando al (siempre) joven periodista Pablo de la Torriente Brau, no me parece mal incluir también en esta nota, como parte del dialogo, la impresión que comunica este joven sobre el tema que comentamos aquí:
 
La propuesta de René González es, en principio, sensata, quizás la propuesta más sensata con que a nivel propagandístico haya contado esta cruzada.
 
(…)
 
Yo comprendí –echando a un lado mi creciente escepticismo– que la propuesta de René González era una propuesta genuina cuando encontré a un par de delincuentes de Centro Habana  –que no tienen nada que perder, y por lo mismo nada que simular– vestidos de amarillo sin que implicara un homenaje a Oshún. Las mulatas con felpas y blusas desbembadas. Los hombres con camisetas sobre lo justo, camisetas con 69s en el pecho y letreros De Puta Madre. Pero este detalle exótico sabremos perdonarlo.
 
Hablando de autenticidades y de las sorprendentes, maravillosas cosas aparentemente contradictorias que la vida es capaz de mostrarnos en cualquier momento, la mención anterior me recordó inmediatamente una anécdota de signo parecido: en el concierto de Silvio en el barrio de La Hata, en Guanabacoa, vi cómo una persona de características físicas aparentemente similares a las descritas más arriba se enternecía (¡y cantaba!) la canción del enanito de Silvio, después de advertirle, sonriente, a la mujer que le acompañaba: “Esa es la mía, mami”.
 
Para cerrar este breve paréntesis sobre la complejidad insondable del ser humano, de la gente y de los conjuntos que integra, vuelvo a una cita de Pablo de la Torriente Brau, escrita nada menos que en medio de la Guerra Civil Española: “Porque, claro, el pueblo, además de ser en sí, por grande, como el mar, una cosa abstracta, es una cosa concreta, la más concreta de todas las cosas humanas, sin duda.  Y no se moviliza por obra de ningún misterio, sino por el movimiento de sus propios resortes, de sus órganos vitales”. Otra lección vigente, actual, de Pablo, quien, estoy seguro, sería un inquieto e inquietante bloguero de nuestros tiempos actuales: arriesgando criterios, equivocándose y acertando. Como debe ser.
 
El joven bloguero actual también adelanta su opinión sobre las posibles consecuencias de esas virtudes que hemos señalado en el discurso político de René sobre el tema que estamos abordando:
Como yo lo veo, la alocución de René González ha puesto en entredicho a más de un entusiasta de la angustia. Ha puesto en entredicho a decenas de bien intencionados, los cuales no han aprendido aún que su solidaridad no puede ser manifestada del modo que hablan los políticos, porque eso no es solidaridad, es política.
 
Como subrayé en el párrafo anterior a esta cita, creo que la alocución, el discurso de René, es político. A mi modo de ver lo que se necesita es que el discurso político se proponga y alcance –siempre o en la mayoría de los casos– ese nivel de comunicación natural, espontánea, respetuosa del tiempo, la inteligencia y las capacidades ajenas (las de las individualidades que forman el pueblo) que logró en el caso de esta jornada de cintas amarillas un alto grado de eficacia. En los momentos y las circunstancias en que vivimos esa no debía ser una aspiración menor para quienes tengan a su cargo responsabilidades en las diversas instituciones e instancias del país.
 
El propósito y la estrategia de este momento en la lucha por la liberación de nuestros compatriotas están dirigidos –como se explicó a lo largo de toda esta jornada– a intentar que el pueblo norteamericano conozca que se cometieron irregularidades inadmisibles para el sistema judicial de su país y que esos hombres fueron condenados a penas absolutamente desproporcionadas sin que existieran evidencias para los supuestos delitos que se les imputaron. Por ello esta jornada ha constituido “un mensaje del pueblo cubano al pueblo norteamericano a través de un símbolo que para el norteamericano medio es un símbolo de amor, es un símbolo de cariño y es un símbolo que ellos lograrán entender en su idioma”.

En estos momentos sólo una conciencia extendida ampliamente dentro del pueblo norteamericano sobre este tema puede propiciar su exigencia ante el gobierno de su país para lograr que el Presidente haga uso de las facultades de que dispone y poner fin a esta injusta y prolongada situación.
 
Quince años en la vida de un ser humano es mucho tiempo.
 


miércoles, 9 de octubre de 2013

Obama, Bush y Clinton “deberían estar en prisión por crímenes de guerra”

 
RT – “Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton han armado, financiado y ayudado a los asesinos de 6 millones de personas en el este del Congo”, insiste Glen Ford, editor ejecutivo del portal BAR, quien los califica de “criminales de guerra”.
 
 A la vez que el presidente de Liberia, Charles Taylor, fue acusado de alentar la masacre de posiblemente 50.000 personas en Sierra Leona, Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton han armado, financiado y protegido a los asesinos de seis millones de personas -120 veces más muertes- en el este del Congo, donde los aliados de EE.UU., Ruanda y Uganda, han estado en un alboroto de saqueos y asesinatos en masa desde 1996. Así opina Glen Ford, editor ejecutivo del portal BAR (‘Black Agenda Report’).

El año pasado el expresidente de Liberia, Charles Taylor, fue condenado a 60 años de prisión por haber cometido crímenes de guerra, no en su propio país, sino en la vecina Sierra Leona, donde la guerra civil ha causado estragos entre 1991 y 2002. El presidente de Liberia no fue acusado de cometer personalmente los asesinatos en masa en Sierra Leona, o incluso de haber ordenado que estos delitos se cometan. En cambio, la Fiscalía argumentó que había “instigado” a otros a cometer los delitos con el fin de beneficiarse de la venta de lo que se conoció como ‘diamantes de sangre’. El tribunal razonó que Taylor tenía que saber acerca de los horrendos crímenes que se cometían por sus amigos entre los rebeldes en el vecino país, y era, por lo tanto, igual culpable que ellos.
 
“Si ese es el nuevo estándar para el derecho penal internacional, entonces Barack Obama y los otros dos presidentes de Estados Unidos deberían ser trasladados a sus celdas de la cárcel al lado de Charles Taylor. Estos tres presidentes de Estados Unidos a lo largo de 17 años han realizado, con pleno conocimiento de las consecuencias, los crímenes más horribles imaginables en la República Democrática del Congo”, insiste el periodista, experto en la política de los países de África.

Los crímenes de Charles Taylor en Sierra Leona palidecen en comparación con los de EE.UU. en Congo, donde Clinton, Bush y Obama instigaron, animaron y colaboraron a favor del peor genocidio desde la Segunda Guerra Mundial.
 
Glen Ford denuncia que si el motivo de Charles Taylor era el beneficio personal del comercio de diamantes de sangre, aunque los investigadores internacionales nunca han encontrado su presunto tesoro escondido, “EE.UU. perseguía un premio mucho mayor: los depósitos más grandes del mundo de minerales estratégicos que son necesarios para el mantenimiento de las industrias modernas y las máquinas de guerra”.
 
“El tesoro de Charles Taylor puede ser ficticio, pero el flujo de coltán congoleño y otros minerales estratégicos a través de Ruanda y Uganda, intermediarios militares a los países ricos de Occidente, es innegable”, afirma, señalando que “los crímenes de Charles Taylor en Sierra Leona, si él es culpable, palidecen en comparación con los de los presidentes de EE.UU. en Congo, donde Clinton, Bush y Obama instigaron, animaron y colaboraron a favor del peor genocidio desde la Segunda Guerra Mundial”.
 
“Al igual que la delincuencia común, trataron de ocultar la evidencia, con sus informes ante las Naciones Unidas y evitando la discusión de las quejas de Congo ante el organismo mundial”, denuncia Ford.
 

domingo, 6 de octubre de 2013

Washington Post reconoce que los Cinco combatían el terrorismo.

Tomado de http://www.cubadebate.cu/especiales/2013/10/05/

        La imagen que publica The Washington Post. Foto: Orlando Sierra/AFP/Getty Images


El diario norteamericano The Washington Post publicó este viernes en su página de opinión un artículo de Stephen Kimber, titulado “Los Cinco Cubanos estaban combatiendo el terrorismo. ¿Por qué los encarcelamos?”, donde el investigador canadiense reconoce que “estos agentes serían héroes norteamericanos hoy”.
 
Kimber es el autor  Lo que hay del otro lado del mar- La verdadera historia de los Cinco Cubanos, resultado de un extenso trabajo de investigación que incluyó la revisión por parte del autor de más de 20 mil páginas de registros judiciales del caso más largo en la historia de Estados Unidos.

 

“Los Cinco Cubanos estaban combatiendo el terrorismo. ¿Por qué los encarcelamos?”

 
Por Stephen Kimber*
 
4 de octubre de 2013
The Washington Post/ Opinión
 
Considere por un momento lo que sucedería si agentes de la inteligencia norteamericana en el terreno, en un país extranjero, descubrieran un grave complot terrorista, con tiempo suficiente para prevenirlo. Luego considere cómo los norteamericanos reaccionarían si las autoridades de ese país, en vez de cooperar con nosotros, arrestaran y encarcelaran a los agentes estadounidenses por operar en su tierra.
 
Esos agentes serian héroes norteamericanos hoy. El gobierno de EE.UU movería cielo y tierra para traerlos de regreso.
 
Este tipo de escenario ha tenido lugar en la vida real y del hecho se cumplieron 15 años el mes pasado, solo que los norteamericanos juegan en el rol del gobierno extranjero y Cuba –sí, la Cuba de Fidel Castro- juega el papel de los agraviados EE.UU.
 
A principios de los años 90, cuando la desaparición de la Unión Soviética suponía que el  colapso del gobierno comunista de Cuba sería inevitable, grupos militantes del exilio cubano en Miami incrementaron sus esfuerzos para derribar a Castro por cualquier vía posible, incluyendo ataques terroristas. En 1994, por ejemplo, Rodolfo Frómeta, líder de un grupo del exilio, fue capturado en una redada del Buró Federal de Investigaciones (FBI) intentando comprar un misil Stinger, un lanzagranadas y cohetes antitanque que dijo planeaba usar para atacar a Cuba. En 1995, la policía cubana arrestó a dos cubanoamericanos luego de que intentaran poner una bomba en un hotel en Varadero.
 
Esas acciones claramente violaban las leyes de neutralidad de EE.UU, pero el sistema de Justicia norteamericano mayormente miró hacia el otro lado. Aunque Frómeta fue acusado, juzgado y sentenciado a casi cuatro años en la cárcel, las agencias de seguridad raramente investigaron acusaciones que involucraban a militantes exiliados, y si lo hicieron, los fiscales pocas veces aplicaron sanciones. Muy a menudo, políticos de la Florida sirvieron como defensores a elementos de línea dura del exilio.
 
Pero los cubanos tenían sus propios agentes en la Florida. Una red de inteligencia conocida como La Red Avispa fue despachada a principios de los ´90 para infiltrarse en los grupos del exilio. Tuvieron algunos éxitos. Los agentes frustraron en 1994  un plan para poner bombas en el icónico club nocturno Tropicana, un conocido sitio turístico en La Habana. También interrumpieron un plan para enviar una lancha con explosivos desde Miami River a la República Dominicana para iban a emplearse en un intento de asesinato contra Castro.
 
En la primavera de 1998, agentes cubanos develaron un complot para explotar un avión con turistas de Europa o América Latina (el complot tuvo resonancia: antes de 2001, el acto de terrorismo aéreo más letal en Latinoamérica había sido la explosión en pleno vuelo del vuelo 455 de Cubana de Aviación en 1976, que ocasionó la muerte de los 73 pasajeros a bordo y los miembros de la tripulación).
 
Castro envió a su amigo, el ganador del Premio Nobel y novelista Gabriel García Márquez, con un mensaje secreto sobre un complot contra el presidente Bill Clinton. La Casa Blanca tomó la amenaza lo suficientemente en serio como para que la Administración de la Aviación Federal advirtiera a las aerolíneas.
 
En junio de ese año, agentes del FBI volaron a La Habana para reunirse con sus contrapartes cubanas. Durante tres días en un lugar seguro, los cubanos proveyeron al FBI de evidencia que sus agentes habían reunido de varios complots, incluyendo el ataque planeado al avión y una campaña para poner bombas en hoteles de La Habana que tenía lugar en ese momento y que había causado la muerte de un empresario ítalo-canadiense.
 
Pero el FBI nunca arrestó a nadie en conexión con el complot del avión o los ataques a hoteles –incluso luego de que el militante exiliado Luis Posada Carriles se jactara al diario The New York Times, en julio de 1998, del papel que jugó en relación con las bombas puestas en La Habana. Al contrario, el 12 de septiembre de 1998, un equipo SWAT del FBI fuertemente armado arrestó a los miembros de la red de inteligencia cubana en Miami.
 
Los cinco agentes fueron juzgados en aquella ciudad hostil a todo lo cubano, condenados con cargos de “conspiración para cometer” todo desde espionaje hasta asesinato y sentenciados a condenas imposiblemente largas, incluyendo dos cadenas perpetuas más quince años.
 
Quince años más tarde, cuatro cubanos todavía languidecen en prisiones norteamericanas.
 
Ahora ustedes comienzan a entender por qué los Cinco Cubanos – como son conocidos- son héroes nacionales en su país, por qué retratos de ellos más jóvenes permanecen en carteles a lo largo del país, por qué cada estudiante cubano los conoce por sus nombres: Gerardo, René, Ramón, Fernando y Antonio.
La vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland, ha declarado que los Cinco Cubanos “fueron condenados en cortes estadounidenses por cometer crímenes contra los Estados Unidos, incluyendo espionaje y traición”.
 
Es cierto que tres de los cinco hombres – Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González- sí tuvieron, en parte, misiones militares que iban más allá de la simple infiltración y el reporte de las actividades de los grupos exiliados de Miami. Pero su propósito no era robar los secretos militares de EE.UU o comprometer la seguridad de ese país.
 
Durante los años ´90, las autoridades cubanas creyeron que su país podría ser el próximo del Caribe en sufrir una invasión militar norteamericana. No era una exageración cuando se considera a Granada (1983), Panamá (1989) y Haití (1994). Luego, también estaba la creciente influencia de activos grupos de presión anti-Castro como la Fundación Nacional Cubano Americana, que estaba presionando a Washington para derribar a Castro y a su hermano.
Basados en sus evaluaciones de esas invasiones previas, la inteligencia cubana había desarrollado una lista de comprobación de señales de que una invasión podría ser inminente: una afluencia repentina de aviación de combate y reconocimiento a una base militar en el sur, por ejemplo, o visitas inesperadas o sin explicación de altos mandos militares a las instalaciones de la sede del Comando Meridional de EE.UU en Miami.
 
Agentes como Antonio Guerrero –quien trabajó como conserje en la Estación Aeronaval de Boca Chica en Cayo Hueso desde 1993 hasta su arresto en 1998 y está cumpliendo 22 años en prisión- fueron los equivalentes de los satélites espía estadounidenses, contando los aviones en las pistas y reportando a La Habana.
 
Por supuesto, las autoridades cubanas estaban ansiosas por conocer todo lo que sus agentes pudieran averiguar y La Habana ocasionalmente presionó a Guerrero al máximo; él respondió enviando recortes de periódicos de la base. No es de extrañar. Guerrero hablaba poco inglés y  no tenía acceso de seguridad; los secretos militares estaban bien por encima de su nivel. Y los secretos militares de EE.UU nunca fueron prioridad real de Cuba –solo quería saber si los yanquis iban a invadirla.
Siete meses después de que el FBI acusara a los Cinco con cargos relativamente insignificantes –no declararse agentes extranjeros, uso de identidades falsas y más seriamente pero menos específico, conspiración para cometer espionaje- los fiscales impusieron un cargo que movilizaría a la comunidad cubana en el exilio.
 
Acusaron a Gerardo Hernández, el líder de la red, de conspiración para cometer asesinato en conexión con el derribo tres años antes de dos avionetas de Hermanos al Rescate.
 
Hermanos al Rescate, un grupo anticastrista que había rescatado balseros en el Estrecho de la Florida pero que había perdido su razón de ser tras un acuerdo migratorio de 1994 entre Washington y La Habana, había estado violando el espacio aéreo cubano durante más de un año, arrojando ocasionalmente panfletos contra el gobierno en La Habana. El gobierno estadounidense hizo lo que pudo para prevenir posteriores incursiones, pero las ruedas de la burocracia en la Administración de la Aviación Federal se movieron lentamente.
 
En los primeros meses de 1996, los cubanos enviaron mensajes a Washington a través de varios intermediarios, advirtiendo que si EE.UU no detenía otros vuelos de los Hermanos, ellos lo harían.
Washington no lo hizo.
 
Pero los cubanos sí. En la tarde del 24 de febrero de 1996, aviones caza cubanos derribaron dos avionetas pequeñas no armadas de Hermanos al Rescate, ocasionando la muerte de los cuatro hombres que iban a bordo.
 
Cuba reclama que las avionetas estaban dentro de su territorio. El gobierno estadounidense reclama – y la Organización de la Aviación Civil Internacional coincidió- que estaban en espacio aéreo internacional cuando fueron atacadas.
 
¿Pero sabía Hernández realmente con anterioridad que el gobierno de Cuba planeaba derribar las avionetas? ¿Estaba él implicado en la planificación?
 
Mi respuesta es que no. Durante mi investigación para el libro sobre los Cinco Cubanos, revisé las más de 20 000 páginas de la transcripción del juicio y revisé miles de comunicaciones decodificadas entre La Habana y sus agentes. No encontré evidencia de que Hernández tuviera conocimiento o influencia en los eventos de ese día.
 
Por el contrario, la evidencia ofrece la imagen de una burocracia de la inteligencia cubana obsesionada con la compartimentación y control de la información. Hernández, un oficial de inteligencia ilegal de nivel de campo, no tenía necesidad de conocer lo que planeaban las fuerzas cubanas. Los mensajes e instrucciones desde La Habana eran ambiguos, la evidencia no era contundente, particularmente para un cargo de conspiración para cometer asesinato.
 
En un mensaje, por ejemplo, los jefes de Hernández se refieren a un plan para “perfeccionar la confrontación” con Hermanos al Rescate, lo cual los fiscales insistieron que significaba derribar las avionetas.
 
Pero como la jueza Phyllis A. Kravitch señaló – en  su desacuerdo con una decisión de la Corte de Apelaciones de EE.UU por 11no Circuito sobre el cargo de asesinato contra Hernández- “Existen muchas vías en las que un país podría confrontar aviación extranjera. Aterrizajes forzados, disparos de advertencia y viajes con escolta fuera del espacio aéreo territorial de un país están entre ellos – como también están los derribos”. La jueza dijo que los fiscales “no presentaron evidencia” que vinculara a Hernández con el derribo. “No puedo decir que un jurado razonable – dada toda la evidencia- podría concluir más allá de la duda razonable, de que Hernández accediera a un derribo,” escribió Kravitch.
 
Un “jurado razonable.” Ahí está el problema.
 
A fines de los `90, los jurados de Miami se habían vuelto tan notorios en casos que involucraban a exiliados cubanos que los fiscales federales en un caso diferente se opusieron a una moción de la defensa para un cambio de sede de Puerto Rico a Miami para algunos exiliados cubanos acusados participar en un complot para asesinar a Castro.
 
Miami “es una sede muy difícil para asegurar una condena para los llamados luchadores por la libertad”, explicó el abogado Kendall Coffey al diario The Miami Herald en ese momento. “Tuve algunas condenas, pero algunas absoluciones que desafiaban toda lógica”.
 
Los militantes anticubanos, de hecho, eran considerados héroes. En 2008, más de 500 agitadores del exilio en Miami se reunieron en honor a la contribución de Posada a la causa – como se conoce en la comunidad el esfuerzo por sacar a Castro del gobierno – en la cena de gala.
 
¿Sus contribuciones? Además de los ataques a hoteles de La Habana (“Duermo como un bebé”, dijo al diario The New York Times, comentando sobre el turista que murió), Posada es el presunto autor intelectual del bombardeo del vuelo 455 de Cubana. Cuba y Venezuela han pedido su extradición. Estados Unidos se ha negado a la misma.
 
En el 2000, Posada fue arrestado en Panamá en conexión con un complot para asesinar a Castro; fue condenado y estuvo cuatro años en la cárcel antes de recibir un perdón aún controversial. Ese perdón fue revocado en 2008.
 
Lo más cerca que el gobierno de EE.UU ha estado de procesar a Posada fue en 2009, cuando la administración de Obama lo acusó – no por su papel en las bombas puestas en La Habana sino por mentir en un formulario de inmigración. Fue absuelto.
 
Hoy, Posada, de 85 años, camina por las calles de Miami, una contradicción viviente de la guerra norteamericana contra el terrorismo. ¿Cómo ajustar su libertad con la declaración del presidente George W. Bush tras el 11 de Septiembre de que “cualquier nación que continúe albergando o apoyando el terrorismo será considerada como un gobierno hostil por los EE.UU?” ¿Cómo ajustar la libertad de Posada con el sostenido encarcelamiento de los Cinco Cubanos, cuyo principal objetivo era prevenir ataques terroristas?
 
Es una contradicción que los norteamericanos deberían considerar.
 
* Stephen Kimber imparte clases de Periodismo en la Universidad de King’s College en Halifax, Canadá, y es el autor del libro Lo que hay del otro lado del Mar- La Verdadera Historia de los Cinco Cubanos.
 
Traducción: Danay Portal Vigoa/ Cubadebate

La verdad sobre el sistema de salud propuesto por Obama.


Por: DR NESTOR GARCIA ITURBE

 Seguramente que cuando usted escucha hablar del OBAMACARE, el nuevo sistema de asistencia médica diseñado por la administración OBAMA, considera que el mismo puede resolver los problemas que afronta la población estadounidense en cuanto al pago de los cuidados médicos.
 
Pudiera decirse que muchos estadounidenses consideran lo mismo que usted, aunque las últimas encuestas han revelado que más del 60 por ciento de ellos no comprenden bien la ley, no se han preocupado por estudiarla, dicen que la misma tiene demasiadas regulaciones, o sencillamente consideran que fue una ley para beneficiar a las empresas aseguradoras, pero que al ciudadano corriente y en especial a los de más bajos ingresos no los beneficia en lo absoluto.
 
Un importante diario estadounidense, el New York Times publicó un artículo el día 2 de octubre de este año titulado “Millions of Poor Are Left Uncovered by Health Law” (Millones de pobres han quedado sin cobertura por la Ley de Salud), escrito por los periodistas Sabrina Tavernise y Robert Gebeloff, sobre el cual quisiera destacar y comentar algunos aspectos.
 
Lo primero que plantea dicho artículo es que dos tercios de los ciudadanos negros que están calificados como pobres, las madres solteras y los trabajadores de bajos ingresos, que no cuentan con seguro médico, precisamente las personas que se supone la ley trata de beneficiar, han quedado excluidos de la cobertura de la misma.
 
De acuerdo con lo planteado por los periodistas, pudiéramos decir que aproximadamente 45 millones de personas no disfrutarán de los “beneficios” de la ley. Pongo entre paréntesis la palabra “beneficios” porque sobre eso expondré más adelante, pero la realidad es que esa cantidad de personas representan aproximadamente la quinta parte de la población estadounidense.
 
Uno de los problemas que existe en la ley es la diferencia entre quienes califican y no califican para los subsidios que ofrece el estado en relación con el pago del seguro, donde los que disfrutan de ingresos un poco más altos califican, mientras que los de ingresos más bajos no califican, una verdadera contradicción que sufren aquellos que viven en la pobreza. “How can somebody in poverty not be eligible for subsidies?” (¿Cómo es que alguien que vive en la pobreza no es elegible para los subsidios?) Se preguntaba una de las personas entrevistadas para el artículo.
 
Esta mujer, de 55 años de edad, planteaba que estaba deseosa de que la ley comenzara a estar vigente para recibir los “beneficios” de la misma. La misma está desempleada, perdió su casa, tuvo que mudarse con el hermano en Virginia, pero ha conocido que en Maryland, donde vivía anteriormente la ley se aplica de forma más beneficiosa para los pobres, pero allí no tiene donde vivir y tendría que vivir en el automóvil, lo cual está considerando como una posibilidad.
 
El carácter Federal de Estados Unidos como nación establece que los estados pueden tomar ciertas determinaciones en relación con asuntos que aunque se establezcan como ley, toca a ellos determinar la forma de aplicación de las mismas en el estado. Esto ha sucedido con el OBAMACARE que se refiere a la atención médica de los ciudadanos.
 
De acuerdo con el artículo antes mencionado, existen 26 estados que no han aceptado lo que establece la nueva ley, la mayoría de estos han planteado que el estado no cuenta con el dinero necesario para el desembolso que implica la misma. En estos estados vive aproximadamente la mitad de la población del país, que incluye el 68 por ciento de los pobres, ciudadanos negros sin seguro y madres solteras. Además de eso cerca del 60 por ciento de los trabajadores sin seguro, debido a que son de los más bajos ingresos, también residen en dichos estados. Un verdadero dilema financiero para dichos estados.
 
Este problema se manifiesta también dentro de los ciudadanos estadounidenses de la raza blanca, muchos de ellos también desempleados, sub empleados o retirados, que han sufrido la pérdida de sus casas, que quizás aún cuentan con algún dinero en el banco, pero que tienen que comprar comida, pagar el alquiler y otros gastos, lo que no les deja dinero suficiente para el pago mensual de una póliza de seguro.
 
La ley establece que todo ciudadano estadounidense debe estar cubierto por un seguro médico. Las personas de ingresos medios o más bajos pueden solicitar un subsidio para pagar el seguro, siempre y cuando califiquen para esto. Si no califica, no hay subsidio, de ahí que una buena parte de los más pobres pudieran quedar sin seguro médico. La ley establece un término de tiempo en el cual aquellos que no cuenten con seguro médico pueden ser multados. De acuerdo con los cálculos del propio diario New York Times esta cifra pudiera llegar a los 14 millones de ciudadanos.
 
Según se plantea, los inmigrantes ilegales y aquellos residentes que nacieron en otros países no son elegibles para recibir los beneficios de la “expansión” del Medicaid. Esto abre otra posibilidad a los cubanos residentes en Estados Unidos de mostrar sus iniciativas y habilidades para burlar las leyes de dicho país, lo cual sabemos hacen con frecuencia.
 
La modalidad que han adoptado algunos empleadores es de contratar a los trabajadores como temporales, por menos de 25 horas semanales, con lo cual no tienen que incluirlos en el seguro médico que debe ser sufragado por los empleadores. Esta modalidad también sea puesto de moda en Miami, según artículo que publicamos recientemente en EL HERALDO.
 
Una fórmula que el gobierno está excluyendo es lo que se ha denominado como “single-payer”, que el gobierno estadounidense pague los cuidados médicos con el dinero que obtiene de los impuestos.
¿Por qué se ha excluido esta fórmula? No es precisamente porque el dinero de los impuestos no sea suficiente para pagar los cuidados médicos, es debido a la política guerrerista y de injerencia que lleva a cabo el gobierno de Estados Unidos bajo la administración del Premio Nobel de la Paz.
 
Los miles de millones de dólares que se dedican a la guerra y se asignan al Pentágono, los otros miles de millones que se asignan a la Comunidad de Inteligencia, con los que se beneficia la CIA y la NSA los utiliza para espiar al propio ciudadano estadounidense, los que se asignan al Departamento de Seguridad de la Patria para mantener el régimen policiaco existente en Estados Unidos, más los que desperdicia la burocracia gubernamental son más que suficientes para pagar el cuidado médico de los ciudadanos. Es sencillamente un problema de qué priorizar.
 
El OBAMACARE al igual que otros asuntos en Estados Unidos se ha convertido en un resorte político de lo cual tratan de aprovecharse las dos facciones en pugna del único partido existente en dicha nación, no importa que el pueblo sufra, no importa que los empleados gubernamentales no cobren o que sea necesario cerrar escuelas, lo importante es mantener la PLUTOCRACIA, a la que tratan de disfrazar llamándola Democracia.
 

Snowden debe estar en “lista de asesinatos extrajudiciales”, propone exjefe NSA

Tomado de: www.contrainjerencia.com/


El exdirector de la NSA y de la CIA Michael Hayden insinuó que querría ver el nombre de Edward Snowden en una “lista de gente a asesinar” y que este “terminará probablemente sien-do un alcohólico”.
 
Cuando le comentaron en una mesa redonda el jueves último de que Snowden figuraba para un premio internacional, Hayden confesó: “Debo admitir que en mis momentos más oscuros en los últimos meses, también me acordé de nombrar al señor Snowden, pero era para incluirlo en una lista diferente”.
 
“Yo te puedo ayudar con eso”, respondió el contertulio y presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EE.UU., Mike Rogers, entre las risas de los asistentes.
 
Si bien Hayden no especificó exactamente en qué lista le gustaría ver figurar el nombre de Snowden, algunos expertos señalan que se trata de la denominada kill list o “lista de asesinatos”, elaborada por el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU.
 
En opinión del escritor y profesor de historia Higinio Polo, “lo cierto es que esa lista existe, que periódicamente asesinan a personas en varios países del mundo y que Snowden no puede estar tranquilo, por mucho que esté refugiado en Rusia en estos momentos”.

miércoles, 2 de octubre de 2013

En La Habana, la Keiderling enseño su verdadera cara de agente CIA

Por JEAN-GUY ALLARD
 

Kelly Keiderling Franz, la encargada de negocios de la embajada norteamericana en Caracas, expulsada con dos de sus semejantes, enseño su verdadera cara de agente CIA en la relación que sostuvo con el agente doble cubano Raúl Capote.
 
El oficial de la seguridad cubana quién usaba entonces el seudónimo Daniel, conoció a Keiderling en Cuba, donde ella trabajo bajo la cobertura de jefa de la oficina de prensa y cultura de la Sección de Interés de EEUU (SINA).
 
El primer encuentro se hizo en una cena en la propia SINA donde se reunieron doce funcionarios estadounidenses junto a otros invitados de varias embajadas – República Checa, Países Bajos o Reino Unido, reveló Raúl Capote cuando se desclasificó su verdadera identidad.
 
“Ahí comienza una estrecha relación con Kelly que inicia un trabajo de influencia sobre mi familia. Dijo que quería facilitarme la vida, que yo era un escritor brillante”, relató el “agente Daniel” en una entrevista concedida más tarde a Pascual Serrano, del sitio web español Rebelión.
 
La amistad con Kelly duró años, a tal punto que la agente norteamericana se convirtió en la madrina de Capote para mejor penetrar su vida privada. Keiderling tenía presupuesto ilimitado; fue hasta sugerir llevarse a su ahijada a Estados Unidos a “estudiar con una beca” y propuso a “Daniel” crear una “agencia literaria”, siempre con el propósito de influir en los círculos artísticos cubanos.
 
“Se crea la pagina web Agencia Literaria Cubana Online, desde la cual se difundían los autores y se vendían obras, pero la idea empieza a convertirse en otra cosa, dicen que quiere que agrupe no solo a escritores sino también a artistas, músicos, que se coordinara con otras embajadas, como la alemana, etc… Para todo ello iba a recibir financiación”, recordó Raúl Capote al describir el trabajo de inteligencia de la Keiderling.
 
“Daban tres, cuatro o cinco mil dólares y ni siquiera miraban si habíamos organizado la actividad para la que pedíamos el dinero. Les gustaban temas como de microemprendedores, cómo organizar la sociedad civil, cursos de “liderazgo”, proporcionaban manuales y cosas así”, precisó el agente doble, describiendo un proceso semejante a lo que desarrolló la Keiderling en Venezuela.
 
La CIA se gastó decenas de millones de dólares en cinco décadas de actividades hostiles a Cuba, intentando crear focos de “disidencia”.
 
“FIGURA CLAVE” DEL PLAN DE DESESTABILIZACION
 
El investigador y periodista Nil Nikandrov describió a Keiderling, hace unos meses en un análisis de las actividades de inteligencia de la embajada de EEUU en Caracas, como una figura clave en la organización de las actividades para la desestabilización de Venezuela.
 
“Luego de un entrenamiento especial, inició su trabajo en el Departamento de Estado en el año 1988. Obtuvo su primera experiencia en el servicio exterior en África. Luego de estudiar el idioma ruso, Keiderling fue enviada a Kirguistán. Posteriormente, después de estudiar durante un año en la Universidad Nacional de la Defensa en Washington, sirvió en Moldava”, contó Nikandrov antes de señalar su intensa actividad de inteligencia en Cuba.
 
Keiderling se encuentra en Venezuela desde el mes de julio del 2011: “La “encargada de negocios” temporal asiste a los funcionarios que mayormente tienen una manera “imperial” de pensar y una actitud condescendiente con los “nativos” y sus pretensiones de soberanía, independencia y defensa de los derechos humanos”, observó Nikandrov al señalar que las agencias de inteligencia y los diplomáticos norteamericanos tienen como meta “neutralizar” al gobierno de Maduro por cualquier medio: “Mientras más sangre se derrame, cuanto mejor”.
 
El agente Keiderling-Franz actúa sin vergüenza alguna. Mediocre representante de la inteligencia yanqui deja huellas dondequiera.
 
CONFIESA SU CONEXIÓN CON CAPRILES EN DOCUMENTO WIKILEAKS
 
En abril de 2013, un documento confidencial fechado de septiembre de 2011 firmado por Keiderling-Franz y filtrado por Wikileaks, reveló con nombre y appellido el contacto directo que mantiene la embajada con el derrotado candidato presidencial, Henrique Capriles con la embajada de Estados Unidos.
 
“Capriles dijo que aprecia la asistencia que se le ha entregado, y recibió bien la información de que, para febrero de 2012, su apoyo desde todos los candidatos opositores con los que USAID ha trabajado anteriormente, está más que garantizado”, indica la Keiderling en el punto 3. “Capriles lamentó la salida de John Caufield, estando de acuerdo al mismo tiempo en que ello, de ninguna forma, pondrá en peligro nuestros objetivos”.

En el punto 4, la agente precisa: “Capriles reiteró que si obtiene la victoria en las próximas elecciones, la política exterior de Venezuela será profundamente revisada, y Caracas se convertirá en un confiable aliado de EEUU”. Y  en el punto 5 revela como su actividad conspirativa se extiende mucho más allá de las fronteras de Venezuela: “Recursos adicionales serán canalizados a sus representantes de confianza a través de nuevas entidades, principalmente a través de ONGs de Chile, Panamá, Colombia y EEUU”, revela el documento.
 
Otro reporte reciente, firmado por el investigador Jean Cleaux Duvergel, enseñó como – con motivo del plan golpista post electoral – se han realizado reuniones en la propia residencia de Keiderling Franz, “con representantes de la cadena Capriles, con Miguel Otero (El Nacional), Andrés Mata (dueño de El Universal), Carlos Croes (de Televen), y miembros de Venevisión, Bloque de Armas, Globovisión y Canal I”.
 
Keiderling regresa a su país donde seguirá por supuesto a concebir y desarrollar más planes desestabilizadores contra países que molestan al poder imperial, como un elemento más del infernal mecanismo de dominio de Estados Unidos en  un mundo donde siembra la discordia, la muerte y el terror.
 

Estados Unidos ya no asusta a nadie.

Por Thierry Meyssan


THIERRY MEYSSAN / RED VOLTAIRE – La Asamblea General de la ONU debía estar debatiendo en estos días la materialización de los Objetivos del Milenio. Pero lo que en realidad preocupa en este momento a los diplomáticos es un tema muy diferente. ¿Sigue siendo Estados Unidos la hiperpotencia que pretendía ser desde que desapareció la Unión Soviética o ha llegado el momento de liberarse de la tutela estadounidense?
 
Estados Unidos estimó en 1991 que el derrumbe de su rival iba a permitirle liberar las sumas que hasta entonces había reservado a su propio presupuesto militar y dedicarlas a la prosperidad estadounidense. Después de la Operación Tormenta del Desierto, el presidente George Bush padre había empezado a reducir el formato de sus fuerzas armadas. Su sucesor, Bill Clinton, fortaleció aquella tendencia. Pero el Congreso republicano electo en 1995 cuestionó esa opción e impuso un rearme, a pesar de que no se percibía enemigo alguno en el horizonte. Los neoconservadores lanzaban así el país al asalto del mundo, con intenciones de crear el primer imperio global.
 
No fue hasta que se produjeron los atentados del 11 de septiembre de 2001 que el presidente George Bush Jr. decidió invadir, uno tras otro, Afganistán e Irak, Libia y Siria, y luego Somalia y Sudán para terminar con Irán, antes de volverse hacia China.
 
El presupuesto militar de Estados Unidos llegó a representar más del 40% del gasto militar a nivel mundial. Pero aquella extravagancia ha llegado a su fin. Ante la crisis económica, Washington se ha visto obligado a optar por el ahorro. En un solo año, el Pentágono ha licenciado una quinta parte de los efectivos de sus fuerzas terrestres, renunciando además a varios de sus programas de investigación. Ese brutal retroceso, que sólo está comenzando, ya ha desorganizado el sistema en su conjunto. Es evidente que Estados Unidos, a pesar de todo su poderío –superior al de los 20 Estados más grandes del mundo, incluyendo Rusia y China– ya no está actualmente en condiciones de librar grandes guerras clásicas.
 
Así que Washington renunció a atacar Siria, cuando la escuadra rusa se desplegó a lo largo de la costa mediterránea. Para utilizar sus misiles Tomahawk, el Pentágono habría tenido que dispararlos desde el Mar Rojo, sobrevolando estos Arabia Saudita y Jordania. A lo cual Siria y sus aliados no estatales habrían respondido con una guerra regional, sumiendo así a Estados Unidos en un conflicto demasiado grande para sus capacidades actuales.
 
En un artículo de opinión publicado en el New York Times, el presidente ruso Vladimir Putin abrió fuego al subrayar que «el excepcionalismo americano» constituye un insulto a la igualdad entre los seres humanos y no puede acarrear otra cosa que desastres. Desde la tribuna de la ONU, el presidente estadounidense Barack Obama le respondió que ninguna otra nación, ni siquiera Rusia, quería cargar con el peso que porta Estados Unidos y que si este país se dedica a estar haciendo de policía mundial es precisamente para garantizar la igualdad entre los humanos.
 
Esa afirmación no es nada tranquilizadora ya que Estados Unidos reafirma así que se siente superior al resto del mundo y que –a sus ojos– la igualdad entre los humanos no pasa de ser una cuestión de igualdad entre sus súbditos.
 
Pero el hecho es que ya se rompió el hechizo. La presidenta de Brasil, Dilma Roussef, cosechó aplausos al exigir –también desde la tribuna de la ONU– que Estados Unidos se disculpe por su espionaje contra el resto del mundo, mientras que el presidente de la Confederación Helvética denunciaba la política estadounidense de fuerza. El presidente de Bolivia, Evo Morales, habló de llevar a su homólogo estadounidense ante la justicia internacional acusándolo de crímenes contra la humanidad y el presidente serbio Tomislav Nikolic denunció la farsa de los tribunales internacionales que sólo condenan a los adversarios del Imperio, etc. Hemos pasado así de las críticas emitidas por unos cuantos Estados antiimperialistas a una rebelión internacional generalizada, a la que se suman incluso los aliados de Washington.
 
Nunca antes se había visto tan cuestionada la autoridad de los dueños del mundo, al menos públicamente, lo cual muestra que, después de su retroceso en Siria, ya no logran intimidar a los demás.