lunes, 11 de mayo de 2009

Florentino el cantó con el diablo












Los años pasan y no perdemos la facultad de asombrarnos.Eso me ha sucedido por estos días recurrentemente, porque aún cuando lo cotidiano pueda parecer insulso e irrelevante, los humanos,(para suerte nuestra) conservamos el don de maravillarnos.

"........El coplero solitario vive su grave altivez de ir caminando el erial como quien pisa vergel.En el caño de Las Ánimas se para muerto de sed.Y en las patas del castaño ve lo claro del jagüey.El cacho de beber tira, en agua lo oye caer; cuando lo va levantando en agua lo oye caer; cuando lo va levantando se le salpican los pies, pero del cuerno vacío ni gota pudo beber.Vuelve a tirarlo y salpica el agua clara otra vez, mas sólo arena sus ojos en el turbio fondo ven.

Soplo de quema el suspiro, paso llano el palafrén, mirada y rumbo el coplero pone para su caney, cuando con trote sombrío oye un jinete tras él.

Negra se le ve la manta,negro el caballo también; bajo el negro pelo'e guama la cara no se le ve.
Pasa cantando una copla sin la mirada volver:

-Amigo, por si se atreve, aguárdeme en Santa Inés, que yo lo voy a buscar para cantar con usté"...

Así cuenta Alberto Arvelo Torrealba en su poema "Florentino el que cantó con el diablo", que luego musicalizara Antonio Estévez al crear su "Cantata Criolla" y que bajo este título se presentó el fin de semana último en el Teatro Teresa Carreño de Caracas.

Espectáculo de realismo mágico, que nos adentra en lo más arraigado de las creencias y tradiciones populares del venezolano. Una propuesta talentosa, idea de la joven coreógrafa Mariela Delgado, coproducida por las Fundaciones Compañía Nacional de Música (CNM), Compañía Nacional de Danza (CND) y Teatro Teresa Carreño (TTC).

Reitero, los que tuvimos la suerte de apreciar esta obra artística, regresamos a casa con la emoción de haber descubierto como el arte y sus manifestaciones son capaces de unir voluntades cuando prima la sensibilidad y el talento.

Con la participación de la Orquesta Filarmónica Nacional (OFN) bajo la batuta del maestro Luis Miguel González y la direcciones artísticas de Alice Dotta y Efrén Rojas, las voces del
Coro de Ópera del TTC, así como las del tenor Idwer Álvarez como Florentino y el barítono Franklin de Lima como El Diablo, consumaron lo que la danza ejecutó.

Trabajo depurado de un colectivo de artistas, donde se fusionan las diversas tendencias del arte danzario, destacando la primera bailarina Alejandra Martínez, Ricardo Rodríguez, Bernadette Rodríguez y Fabiola Fassino, figuras del Ballet Teresa Carreño en su desempeño sobre las puntas y Franklin González, Armando Díaz y Luis Villasmil, de la Compañía Nacional de Danza con su estilo más contemporáneo del movimiento corporal.

"Florentino el que cantó con el diablo", es una obra que refleja el tema de la eterna lucha entre el bien y el mal y según la coreógrafa Mariela Delgado, "Florentino representa a cada uno de nosotros y el caballo implica la misión en la vida, el recurso del trabajo y hacia donde vamos". La creadora también señaló, que" la obra se plantea el miedo del ser humano ante los distintos problemas que se le presentan, hasta llegar al contrapunteo final".

Creemos que el objetivo se logró. Los que tuvimos la suerte de ser iluminados por la luz irradiada en estas funciones, quedamos encandilados y reitero, redescubrimos el asombro, más aún cuando somos extranjeros visitando la casa bien amada y deseamos, como hijos de esta gran patria latinoamericana, que sean rescatados y difundidos los legados heredados de los creadores culturales que nos antecedieron.


......"
Tengo señor Satanás, Zamuros de la Barrosa. Salgan del Arcornocal que al Diablo lo cogió el día queriéndome atropellar. Sácame de aquí con Dios Virgen de la Soledá, Virgen del Carmen bendita, sagrada Virgen del Real, tierna Virgen del Socorro, dulce Virgen de la Paz, Virgen de la Coromoto, Virgen de Chiquinquirá, piadosa Virgen del Valle, santa Virgen del Pilar, Fiel Madre de los Dolores dáme el fulgor que tú das. ¡San Miguel! dame tu escudo, tu rejón y tu puñal, Niño de Atocha bendito, Santísima Trinidá. (En compases de silencio negro bongo que echa a andar. ¡Salud, señores! El alba bebiendo en el paso real)".

Fotografías: Eliecer Quijada.(Teatro Teresa Carreño)


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