domingo, 8 de septiembre de 2013

"NUNCA MÁS A MI LADO".

 
Hay criminales que proclaman tan campantes:
 
"La maté porque era mía",
así nomás, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer.
                                                           
Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los 
supermachos tiene la valentía de confesar:
 
"La maté por miedo",
porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el miedo del hombre a la mujer sin miedo.
                                                                                
                                                                                     Eduardo Galeano


La golpeó (puso un fierro en su pecho),
mató la esperanza de un hecho,
inventó un futuro deshecho.

Salió así, su bravura cobarde infernal,
tristemente aceptada, normal:
Hizo de eso un defecto.
Generó, movimiento 
violento en su ser,
nunca más pudo ella volver,
fue el silencio en esencia

 
El valor y el amor, los dos juntos pudieron ganar:
¡Chau, adiós agresor!
 
Y voló, siempre al viento le toca un adiós,
hay tormentas que quedan (que están),
en la arena no vive…
Pero puso amor a la vida,
a ella misma, al dolor:
¡El problema tiene solución,
es qué a gritos lo pide!
 
El valor y el amor, los dos juntos pudieron ganar:
¡Chau, adiós agresor!
 
Puso un fierro en su pecho, 
mató la esperanza de un hecho,
inventó un futuro deshecho...

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