sábado, 20 de octubre de 2012

La Verdadera Historia de la Operación Peter Pan.(Parte II)


 
Primera etapa. Habana-Miami
 
El  proyecto inicial de la Operación Peter Pan fue elaborado por el  sacerdote católico de Miami y director ejecutivo de Catholic Welfare  Bureau, Bryan O. Walsh y por el entonces director de la Ruston  Academy en La Habana, el norteamericano James Baker. Consistió en  la obtención de visas norteamericanas (I-20) para estudiantes, por lo  que resultaba necesario encontrar un centro educacional, en Estados  Unidos, que certificara la admisión de los jóvenes cubanos.
 
La  solución fue proporcionada, en diciembre de 1960, por Agnes Ewald a  través del "Coral Gables High School" en Miami, a quien se le  remitían los nombres desde La Habana, ella enviaba los documentos de  matrícula y con los mismos se resolvía de inmediato la salida de los  muchachos en Cuba.
 
Para acometer esta etapa de la  Operación fue creada una amplia red de colaboradores que estuvo  integrada inicialmente, en Miami, por Norma Lemberg, quien había  residido en La Habana y era la encargada de resolver las visas I-20 que  le facilitaba Mrs. Agnes Ewald del Coral Gables High School y un grupo  de apoyo procedente de familias cubanas y norteamericanas que, dirigidas  por un profesor de la Ruston Academy, era el encargado de recibir a  los niños en el aeropuerto y trasladarlos hacia los campamentos  habilitados en La Florida para ellos.
 
Para tramitar el  visado y el procesamiento de los pasaportes y demás trámites legales,  James Baker organizó un equipo encargado de ese proceso integrado por  profesores de la Ruston Academy y algunas otras personas. El referido  comité estuvo integrado durante esa fase inicial entre otros por la  ciudadana inglesa Phyllis Harrison Powers (Penny Powers), con  independencia del grupo católico, compuesto por la gente de la Iglesia  Católica, algunos de cuyos líderes estaban involucrados en la  Operación."
 
Penny Powers jugó un rol protagónico en la  organización de la Operación por sus amplios contactos con los círculos  norteamericanos en Cuba y las organizaciones contrarrevolucionarias  clandestinas en la Isla. Contaba además con una amplia experiencia por  su destacada participación en una operación de la inteligencia británica  mediante la cual contribuyó personalmente a sacar de la Europa  ocupada por los Nazis hacia Inglaterra entre 9 y 10 mil niños  judíos que nunca volvieron a ver a sus padres.
 
A partir  de ese momento, Walch y Baker comenzaron a trabajar de conjunto en un  proyecto que garantizó el traslado de los niños desde Cuba supuestamente  a un centro educacional en Miami.
 
Tanto el Programa para  Niños Refugiados Cubanos como la Operación Peter Pan se iniciaron sin  tener asegurado el alojamiento para la cantidad de niños que esperaban, a  partir de los resultados de las insidiosas campañas que desarrollaron  para lograr sus propósitos.
 
Los primeros cinco  niños que viajaron por la Operación Peter Pan llegaron a Miami a las  4:30 pm., del 26 de diciembre de 1960, a bordo del vuelo 422 de la  Pan American World Airwais. Entre ese día y el 31 de diciembre  del mismo año arribaron directamente los primeros 25 niños de la primera  etapa de esta operación. Para apoyar el proyecto acordado con el  Monseñor Walsh, la Administración Republicana de la Casa Blanca, en  un último gesto antes de finalizar su mandato, entregaba el 31 de  diciembre de 1960 por decisión del propio presidente Dwight D.  Eisenhower, la cantidad de 100 mil dólares de ayuda para que 900  estudiantes cubanos pudieran realizar estudios superiores en diversas  universidades de Estados Unidos.
 
El rompimiento  unilateral de las relaciones diplomáticas con Cuba por parte del  gobierno norteamericano, el 3 de enero de 1961, provocó que  alrededor de unos 100 pasaportes con solicitudes de visas para niños,  del grupo inicial de 200 que se tramitaban en La Habana, quedaran  pendientes de procesar.
 
El 5 de enero de 1961  James Baker arribó a Miami e informó a Walsh que no había sido posible  sacar más niños de Cuba debido a la lentitud en los trámites y las  comunicaciones con Washington desde La Habana. Explicó que mientras  el poco personal que quedaba en la embajada se ocupaba de incinerar la  documentación de esa sede diplomática, él tuvo que encargarse  personalmente, en dicha embajada, de habilitar los pasaportes de los  únicos 25 casos que definitivamente pudieron viajar entre el 26 y el 31  de diciembre de 1960.
 
Cerradas todas las posibilidades  consulares en La Habana, a las dos de la tarde del domingo 8 de  enero de 1961 se produciría, en las oficinas de Mr. Robert F.  Hale, director de la Oficina de Visas del Departamento de Estado, una  reunión en la que participaron Bryan O. Walsh, en su condición de  Director Ejecutivo de Catholic Welfare Bureau, Inc. y Frank Auerbach,  jefe de la Sección de Visas del Departamento de Estado. La solución  surgida en esta reunión fue otorgarle al sacerdote toda la autoridad  necesaria para emitir Visas "waiver", con las cuales las  aerolíneas o agencias de viaje en Cuba quedaban facultadas para  transportar a los niños cubanos hacia Estados Unidos, aún cuando no  tuvieran una visa oficial, sin riesgos a ser multados.
 
La  Operación Peter Pan comprometió a miles de familias cubanas y  estadounidenses, varios gobiernos extranjeros, numerosos funcionarios  federales y estatales del gobierno norteamericano, más de 100 agencias  dedicadas al cuidado de niños y las tres mayores religiones existentes.
 
La  clandestinidad de esta operación ha sido reiterada por el propio Walch,  alegando que alentó el secreto en el sentido de no llamar la atención,  llegando, incluso, a rechazar hablarle a los familiares de los niños  excepto a través de las llamadas telefónicas realizadas desde el propio  Estados Unidos, pues las que se originaban desde Cuba no eran  respondidas ya que, según él, algunas personas eran muy indiscretas. La  preocupación de Walsh sobre este particular llegó a punto de decidir no  escribir carta a la isla.
 
Tal proceder ha sido  ratificado por James Baker, quien, con relación a la clandestinidad de  la operación, señaló que las comunicaciones desde Cuba se efectuaban  solo a través de las embajadas.
 
A pesar de los esfuerzos  por garantizar el más absoluto silencio sobre todo lo que tuviera que  ver con la operación, dada la masividad, resultaba imposible de ocultar  algunos hechos a la prensa de Miami. Al respecto, Walsh precisó que pudo  convencerlos de la necesidad de no develarla, lo que permitió que por  año y medio la prensa se mantuviera en silencio y sin siquiera mencionar  el nombre de Peter Pan.
 
Segunda etapa. Habana-Kingston-Miami
 

Una  segunda variante alternativa, propuesta por Walsh, fue la creación de  una vía Habana-Kingston-Miami contando con la colaboración  de las autoridades británicas y de la Iglesia Católica de Jamaica.
 
De  esta manera podría continuar desarrollándose la Operación Peter Pan, a  través de Jamaica, para lo cual la embajada británica otorgaría las  visas de tránsito por ese país. Walsh gestionó con la Iglesia Católica  de Jamaica la ayuda para agrupar los niños en Kingston mientras se les  tramitaba la visa en el consulado norteamericano en ese país, lo que  debería demorar sólo una noche, y enviarlos a Miami al siguiente día.
 
El  9 de enero, el Departamento de Estado le comunicó a Walsh que ambas  proposiciones, las de Jamaica y las visas "waiver" desde Cuba,  estaban aprobadas, por lo que a partir de ese momento estaba autorizado a  continuar sacando niños de Cuba, bien por la vía de Jamaica con  visas británicas otorgadas en La Habana y de Kingston trasladarlos  para Miami con visas "waiver". O trasladarlos directamente Habana-Miami  con visas "waiver" que el gobierno norteamericano autorizaría emitir  directamente al Catholic Welfare Bureau.
 
El gobierno de  los Estados Unidos concedió a Walsh Carta Blanca para sacar de  Cuba niños comprendidos entre las edades de 6 a 16 años, mientras que  para los casos entre 16 y 18 años se estableció la obligatoriedad de  remitir previamente a Washington los nombres y fechas de nacimiento para  su aprobación por razones de seguridad. Según el escritor  norteamericano Joan Didion, "la decisión del Departamento de Estado, de  otorgarle a Bryan Walsh plena autoridad para conceder visas "waiver" fue  un acto sin precedentes y violatorio de lo establecido en la  legislación de ese país."
 
Para ultimar todos los detalles  el 10 de enero de 1961, Walsh y la supervisora para el cuidado  de los niños del Catholic Welfare Bureau, Miss. Rachel Erwin,  viajaron a Jamaica, donde fueron recibidos por la jerarquía católica de  ese país. El obispo de Kingston, Monseñor McEleney, brindó toda la  cooperación necesaria. También se reunieron con el cónsul general  norteamericano y con los Directores de las aerolíneas norteamericana Pan  American World Airwais y la holandesa K.L.M. Royal Dutch Airlines, en  Jamaica, para garantizar el éxito de la Operación.
 
En  esta nueva etapa de la Operación, el equipo que actuaba en La Habana  obtenía las visas británicas para los niños a través de la embajada  inglesa en Cuba y al arribo a Jamaica los mismos recibían la visa  norteamericana para continuar hacia Estados Unidos. Penny Powers fue el  principal contacto con la embajada británica en La Habana, llegando  incluso a recibir autorización de su gobierno para otorgar visas  británicas para viajar a Jamaica.
 
El gobierno británico  no sólo permitió el uso de sus visas y de su embajada en actividades  clandestinas, sino que sus diplomáticos en La Habana fueron utilizados  en los continuos viajes que estos hacían entre Cuba y Estados Unidos en  función de la operación.
 
En horas de la tarde del 17 de  enero arribaron a Jamaica los primeros siete niños que inauguraban  esa nueva ruta, los que continuarían viaje hacia Miami la tarde del día  siguiente.
 
El viernes 13 de enero de 1961 ya  habían arribado a Miami 50 niños cubanos alojados en el Cuban Boys Home,  en Villa San José y en la Casa No.1 de Kendall, la mayoría de ellos  varones adolescentes. Sobre esta segunda fase de la Operación Peter Pan,  Mongo Grau señalaría que, antes de la invasión de Bahía de  Cochinos, un grupo de niños había viajado a Estados Unidos mediante unas  50 visas "waiver" que, a modo experimental había enviado Walsh firmadas  por él y que en su opinión prendieron el fuego en Cuba.
 
Como  apoyo oficial y financiero a la Operación, el 3 de febrero de  1961 el presidente John F. Kennedy aprobó la entrega de cuatro  millones de dólares para enfrentar la situación surgida en la  Florida con los emigrantes cubanos, parte de la cual se destinó, de  manera especial, a las agencias que se encargaban de atender, como  señalara el propio Presidente, "al más problemático caso, el de los  indefensos y desprotegidos niños cubanos" que, sin acompañantes,  arribaban a los Estados Unidos víctimas del engaño que, en muchos casos,  sufrieron sus padres en Cuba.
 
Fue así como, contando con  el reconocimiento oficial, el apoyo de la Iglesia Católica  Norteamericana y resuelto por el gobierno norteamericano el  financiamiento de la operación, quedaba expedito el camino para sacar  masivamente niños de Cuba.
(Continúa......)


 
 
 


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